Monday, November 13, 2006
Cd. Juárez Chih., México - hoy es: 13 de Noviembre del 2006
El foxismo en frases
13 de Noviembre del 2006
Actualizado: 3:49:32 AM hora de Cd. Juárez
Sergio Belmonte Almeida
Periodista
A unos dias de concluir su accidentado gobierno del “cambio”, el Presidente Vicente Fox sigue provocando tormentas en la opinión pública por las declaraciones que desde el inicio del sexenio lo caracterizaron como el mandatario de la lengua larga y las ideas cortas.
Frases que le nacen del corazón pero que lo alejan de la prudencia y de la sana distancia que todo gobernante debe tener de la simpleza.
Expresiones que vulneran su investidura y el respeto a todos los mexicanos que representa, en las buenas y en las malas.
Palabras vanas, finalmente, pero que exhiben a un Presidente de la República cínico, que hizo de la ocurrencia la norma de su sexenio.
Ocurrencias que quedaron grabadas de prinicipio a fin como fiel testimonio de lo que no debe ser un jefe de estado; que pasarán a la historia de México como ejemplo de un gobierno de caricatura encabezado por quien no tuvo la estatura de estadista y se conformó con la imagen de un ranchero enamorado.
Cierto es que Vicente Fox nunca negó ser hombre de campo, profesar la religión católica y seguir tradiciones marcadas, condiciones que le allanaron el camino a Los Pinos pero que de poco le sirvieron cuando se trató de gobernar con sabiduría, de tomar decisiones ecuánimes, de tratar en los medios la agenda nacional, no la de su esposa.
A los tropiezos verbales, Fox acumuló también actitudes vergonzosas, desde reclamos constantes y ofensivos para la prensa nacional, el uso de botas de charol en una cena que requería vestir de etiqueta, su mala dicción y desconocimiento de muchos temas, que dieron a la imagen presidencial tremenda carga negativa, no sólo en México sino en varias partes del mundo.
En el transcurrir de seis años de gobierno, esos desatinos se convirtieron en factor de raiting de todos los medios y dio a los guionistas y actores de La Parodia material de sobra para producir una exitosa serie cómica a costillas de la pareja presidencial, que alcanzó niveles de audiencia nunca antes registrados en la televisión mexicana.
No hubo medio nacional, regional o local, que no haya difundido a plenitud las ocurrencias de Fox y sus frases célebres por encima de sus “logros”, lo cual también pone en entredicho la capacidad de sus asesores y de su costoso aparato de comunicación que actuaron siempre reactivos, tapando los baches que su patrón abría cada día.
Fueron errores que tuvieron costo político, social y hasta económico porque los resbalones de Fox se atienden con el presupuesto de Comunicación Social de la Presidencia, con los servicios de costosos asesores en imagen, de especialistas en eventos de crisis, de millonarias campañas mediáticas para reposicionar una figura presidencial cada vez más devaluada.
Pero aún así, con toda la atención de genios, gurús, especialistas y hasta científicos de la comunicación, Fox nunca dejó de expresarse como lo sentía, sin censura, sin remordimiento, sin importarle el caos que generaba el hecho de hablar sin conectar las neuronas con la lengua. De ese fox dicharachero y bronco que arrolló en campaña aún quedan precisamente sus frases célebres, que no han cambiado y siguen generando escombros en la vida política del país.
Hagamos un recorrido por las hemerotecas y revisemos ese catálogo de “puntadas”.
Como no recordar aquella respuesta que dio en abril del 2000 cuando los medios le cuestionaron ¿qué le ofrecía a México? y dijo: “Honestidad, trabajar un chingo y ser poco pendejo”.
En una comparación que hizo en marzo del 2000, aseguró que “Pemex es igual a la virgen de Guadalupe, son símbolos para los mexicanos que deben manejarse con mucho cuidado”.Antes de destapar los nombres de quienes conformarían su gabinete en noviembre del 2000 dijo: “Todavía no daremos a conocer el gabinete, vamos a darle emoción; es como las mujeres cuando están bailando: si llegan a enseñar tobillito nada más, es cuando se pone bien la cosa”.Ante indígenas huicholes, coras y tepehuanos, en septiembre del 2001 dijo,”Ni se crean que tenemos un cuartote lleno de dinero para ver qué se ofrece y cómo apoyamos”. Una niña le preguntó el 11 de enero de 2002 que se siente ser presidente y Fox contestó “Se sienten ñáñaras”.
La frase que terminó por enfriar las relaciones con Cuba por el servilismo de Fox con el gobierno de Bush fue aquélla que le dijo a Fidel Castro antes de la Cumbre de las Naciones Unidas para el Desarrollo, celebrada en Monterrey en marzo de 2002 : “Comes y te vas”.
Otra para la historia, porque exhibió falta de cultura, fue cuando se refirió al escritor argentino Jorge Luis Borges como “José Luis Borgues”, en el Congreso de la Lengua Española y ante el Rey de España, Juan Carlos I, en abril de 2002. En julio de ese mismo año, respondió Fox a quienes preguntaron sobre su matrimonio con Marta Sahagún:”Son asuntos personales, nomás veme la cara de sonrisa que tengo y con eso tú juzgas”.Cuando apenas iniciaba el 2003, en un recorrido por la nueva sala de prensa de Los Pinos Fox Quesada estrenó su célebre frase “¿y yo por qué?”, al cuestionarle si el Gobierno Federal intervendría para resolver el conflicto entre Canal 40 y Tv Azteca.
El 9 de julio del 2004 Fox minimizó la salida de su ex vocero Alfonso Durazo Montaño del gobierno Federal diciendo: “Al mismo Jesucristo se le fue uno entre los 12, aquí también se nos fue uno, ni modo’’.La última o más bien, la más reciente, ocurrió el 31 de octubre de este año y todavía sigue causando estragos en los medios que la divulgaron.
Ese día en entrevista con la agencia española EFE expresó textualmente en referencia al fin de su mandato, “ya hoy hablo libre, ya digo cualquier tontería, ya no importa, total, yo ya me voy”.
http://diario.com.mx/nota.asp?notaid=eb129918906b07d70d94cb716c5351c8
Diario Digital 2003©
El foxismo en frases
13 de Noviembre del 2006
Actualizado: 3:49:32 AM hora de Cd. Juárez
Sergio Belmonte Almeida
Periodista
A unos dias de concluir su accidentado gobierno del “cambio”, el Presidente Vicente Fox sigue provocando tormentas en la opinión pública por las declaraciones que desde el inicio del sexenio lo caracterizaron como el mandatario de la lengua larga y las ideas cortas.
Frases que le nacen del corazón pero que lo alejan de la prudencia y de la sana distancia que todo gobernante debe tener de la simpleza.
Expresiones que vulneran su investidura y el respeto a todos los mexicanos que representa, en las buenas y en las malas.
Palabras vanas, finalmente, pero que exhiben a un Presidente de la República cínico, que hizo de la ocurrencia la norma de su sexenio.
Ocurrencias que quedaron grabadas de prinicipio a fin como fiel testimonio de lo que no debe ser un jefe de estado; que pasarán a la historia de México como ejemplo de un gobierno de caricatura encabezado por quien no tuvo la estatura de estadista y se conformó con la imagen de un ranchero enamorado.
Cierto es que Vicente Fox nunca negó ser hombre de campo, profesar la religión católica y seguir tradiciones marcadas, condiciones que le allanaron el camino a Los Pinos pero que de poco le sirvieron cuando se trató de gobernar con sabiduría, de tomar decisiones ecuánimes, de tratar en los medios la agenda nacional, no la de su esposa.
A los tropiezos verbales, Fox acumuló también actitudes vergonzosas, desde reclamos constantes y ofensivos para la prensa nacional, el uso de botas de charol en una cena que requería vestir de etiqueta, su mala dicción y desconocimiento de muchos temas, que dieron a la imagen presidencial tremenda carga negativa, no sólo en México sino en varias partes del mundo.
En el transcurrir de seis años de gobierno, esos desatinos se convirtieron en factor de raiting de todos los medios y dio a los guionistas y actores de La Parodia material de sobra para producir una exitosa serie cómica a costillas de la pareja presidencial, que alcanzó niveles de audiencia nunca antes registrados en la televisión mexicana.
No hubo medio nacional, regional o local, que no haya difundido a plenitud las ocurrencias de Fox y sus frases célebres por encima de sus “logros”, lo cual también pone en entredicho la capacidad de sus asesores y de su costoso aparato de comunicación que actuaron siempre reactivos, tapando los baches que su patrón abría cada día.
Fueron errores que tuvieron costo político, social y hasta económico porque los resbalones de Fox se atienden con el presupuesto de Comunicación Social de la Presidencia, con los servicios de costosos asesores en imagen, de especialistas en eventos de crisis, de millonarias campañas mediáticas para reposicionar una figura presidencial cada vez más devaluada.
Pero aún así, con toda la atención de genios, gurús, especialistas y hasta científicos de la comunicación, Fox nunca dejó de expresarse como lo sentía, sin censura, sin remordimiento, sin importarle el caos que generaba el hecho de hablar sin conectar las neuronas con la lengua. De ese fox dicharachero y bronco que arrolló en campaña aún quedan precisamente sus frases célebres, que no han cambiado y siguen generando escombros en la vida política del país.
Hagamos un recorrido por las hemerotecas y revisemos ese catálogo de “puntadas”.
Como no recordar aquella respuesta que dio en abril del 2000 cuando los medios le cuestionaron ¿qué le ofrecía a México? y dijo: “Honestidad, trabajar un chingo y ser poco pendejo”.
En una comparación que hizo en marzo del 2000, aseguró que “Pemex es igual a la virgen de Guadalupe, son símbolos para los mexicanos que deben manejarse con mucho cuidado”.Antes de destapar los nombres de quienes conformarían su gabinete en noviembre del 2000 dijo: “Todavía no daremos a conocer el gabinete, vamos a darle emoción; es como las mujeres cuando están bailando: si llegan a enseñar tobillito nada más, es cuando se pone bien la cosa”.Ante indígenas huicholes, coras y tepehuanos, en septiembre del 2001 dijo,”Ni se crean que tenemos un cuartote lleno de dinero para ver qué se ofrece y cómo apoyamos”. Una niña le preguntó el 11 de enero de 2002 que se siente ser presidente y Fox contestó “Se sienten ñáñaras”.
La frase que terminó por enfriar las relaciones con Cuba por el servilismo de Fox con el gobierno de Bush fue aquélla que le dijo a Fidel Castro antes de la Cumbre de las Naciones Unidas para el Desarrollo, celebrada en Monterrey en marzo de 2002 : “Comes y te vas”.
Otra para la historia, porque exhibió falta de cultura, fue cuando se refirió al escritor argentino Jorge Luis Borges como “José Luis Borgues”, en el Congreso de la Lengua Española y ante el Rey de España, Juan Carlos I, en abril de 2002. En julio de ese mismo año, respondió Fox a quienes preguntaron sobre su matrimonio con Marta Sahagún:”Son asuntos personales, nomás veme la cara de sonrisa que tengo y con eso tú juzgas”.Cuando apenas iniciaba el 2003, en un recorrido por la nueva sala de prensa de Los Pinos Fox Quesada estrenó su célebre frase “¿y yo por qué?”, al cuestionarle si el Gobierno Federal intervendría para resolver el conflicto entre Canal 40 y Tv Azteca.
El 9 de julio del 2004 Fox minimizó la salida de su ex vocero Alfonso Durazo Montaño del gobierno Federal diciendo: “Al mismo Jesucristo se le fue uno entre los 12, aquí también se nos fue uno, ni modo’’.La última o más bien, la más reciente, ocurrió el 31 de octubre de este año y todavía sigue causando estragos en los medios que la divulgaron.
Ese día en entrevista con la agencia española EFE expresó textualmente en referencia al fin de su mandato, “ya hoy hablo libre, ya digo cualquier tontería, ya no importa, total, yo ya me voy”.
http://diario.com.mx/nota.asp?notaid=eb129918906b07d70d94cb716c5351c8
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