Friday, December 01, 2006

 
Cd. Juárez Chih., México - hoy es: 1 de Diciembre del 2006




Huyen escondidos dirigentes de la APPO
1 de Diciembre del 2006
Actualizado: 3:53:16 AM hora de Cd. Juárez

Escapan de Oaxaca y tardan 19 horas en llegar al DF


El Universal
Oaxaca— Flavio Sosa Villavicencio cortó su barba, ocultó su melena bajo una gorra y cubrió su rostro con una bufanda mientras cambiaba varias veces de vehículo durante su escape de la capital oaxaqueña hacia la ciudad de México, junto con los demás miembros de la dirigencia de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).

En una casa de seguridad, ya en el Distrito Federal, Sosa suelta: “¡No estamos en las sombras. Venimos a promover desde aquí la solidaridad nacional e internacional hacia el movimiento y a denunciar la cacería salvaje en contra de los compañeros de la APPO!”. Este viernes, cuando Felipe Calderón asuma la presidencia de la República, harán una aparición pública.

A Flavio Sosa, Zenén Bravo, Erangelio Mendoza, Jesús López, María del Carmen López Vázquez, Felipe Canseco Ruiz y Marcelino Coache les tomó casi 19 horas llegar a la capital del país desde que salieron la tarde del miércoles de la Iglesia de Nuestra Señora de los Pobres, en la colonia Reforma de la ciudad de Oaxaca.

La ruta de escape los llevó primero por colonias paupérrimas de la capital oaxaqueña, y luego por brechas, terracerías, sembradíos, montes y hasta panteones que les permitieron librar los retenes de la Policía Federal Preventiva (PFP) y su probable detención.

El plan de escape fue cuidadosamente preparado y ejecutado con precisión. Las medidas de seguridad se extremaron a tal punto que sólo una vez se detuvo el convoy para que orinaran.

Ahí estaban, al borde de una barranca, en fila, en la noche, cubriendo esa necesidad. No habían comido. Erangelio y Zenén tomaron apenas un bocadillo.

El plan de traslado se cumplió en varias etapas.

La primera fue sacar a los miembros de la APPO de la Iglesia de los Pobres sin ser detectados, antes de las 18:00 horas del martes. Para ello, había que esquivar a los medios de comunicación. Se pidió a los reporteros salir del lugar, donde cubrían un foro sobre temas indígenas. Se convocó incluso a una conferencia de prensa a realizarse a las 18:00 horas del martes, que se cancelaría. En realidad, la dirigencia de la APPO ya no estaba en el lugar.

Antes habían salido en grupos, esquivando los constantes patrullajes de la PFP y de la Policía Ministerial alrededor del conjunto del templo y sus anexos. Ninguno fue detenido.

Una vez reunidos en una casa de seguridad, esperaron ahí media hora antes de abordar varios vehículos para salir.

Salieron en forma espaciada, pero la comunicación no se interrumpiría nunca. Se comunicaron constantemente entre ellos.

A través de celulares hablaban muy breve y siempre en clave. Tan sólo abandonar la capital del estado les tomaría cinco horas, y llegar a los límites de la entidad unas 14 horas.

Se internaron en varios poblados donde llegaron a cambiar de vehículos. También recibieron el apoyo discreto de lugareños que sirvieron de guías y gracias a ellos transitaron por veredas, terracerías, montes y sembradíos sin ser detectados hasta llegar a otro poblado, donde otro guía los conduciría.

A veces cruzaron la autopista, pero no la transitaron. En algún momento llegaron a pasar muy cerca de un retén de la PFP, no más de 10 metros, pero ellos iban sobre un camino de terracería que corría paralelo a la autopista. En varias ocasiones hicieron breves paradas para reagruparse, para cambiar de vehículos, para guarecerse en una casa.

Así transcurrieron poco más de 19 horas hasta que llegaron a la ciudad de México. Vía telefónica, Sosa declaró a este diario: “Estamos preocupados por la situación en Oaxaca porque continúa la cacería salvaje contra miembros de la APPO”. Pero aclaró que la cúpula de ese movimiento “no estamos en las sombras”.

Pidió también aclarar lo publicado hoy: “Yo nunca he trabajado en el gobierno de Ulises Ruiz. Nunca”.

Mientras tanto, en la capital oaxaqueña continuaron ayer los patrullajes y las detenciones por parte de la procuraduría estatal de presuntos responsables de los destrozos causados el 25 de noviembre.

Varios planteles escolares fueron cateados por la policía. En la colonia Independencia, en la escuela primaria, hubo un enfrentamiento entre maestros y policías que intentaron llevarse a dos mentores.

En tanto, organismos de defensa de los derechos humanos y familiares de los detenidos exigieron a los gobiernos federal y estatal revisar cuidadosamente los casos de los detenidos en el penal federal de Nayarit, pues muchos de ellos son personas que fueron levantadas por la policía injustificadamente.

Arturo Calvo, del centro diocesano de justicia y paz de la arquidiócesis de Oaxaca, dio a conocer por ejemplo seis casos que, dijo, están totalmente verificados que son víctimas inocentes y que nunca participaron en los enfrentamientos de la APPO y la PFP ni tampoco en los incendios de edificios y vehículos como el gobierno estatal los acusa.

Se trata de Juan Martínez, Gabriel Luis Barreda, José Luis Ramírez Morales, Guidir Cervantes Ventura y las hermanas Socorro Antonia y Romualda Lourdes Soriano San Juan. Todos ellos, aseguraron Calvo y sus respectivos familiares, nunca tuvieron una participación en los hechos vandálicos que ahora se les imputan.
http://diario.com.mx/nota.asp?notaid=ff8530df6c4f067ef640e0f2b2732537

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Cd. Juárez Chih., México - hoy es: 1 de Diciembre del 2006




Desafío: investidura forzada
1 de Diciembre del 2006
Actualizado: 4:01:46 AM hora de Cd. Juárez


Rafael Loret de Mola
Escritor y analista político
Distrito Federal— Los hubiera no existen. Pero, ¡cuánto bien le habría hecho a la salud política del país un interinato! Lo expusimos en su momento: en la perspectiva poselectoral que derivó de una irregular, por decir lo menos, parafernalia gubernamental, lo más trascendente era, sin duda, encontrar alguna ruta hacia la reconciliación nacional. No se hizo, optándose por privilegiar la sesgada estadística oficial que otorgó, por un pelo, la victoria a la causa de la continuidad y la derecha como si con ello se canalizara, de verdad, la voluntad mayoritaria aun cuando Felipe Calderón no hubiese sido votado por cuatro de cada cinco empadronados.

Sin los hubiera de por medio, Calderón se apresta hoy a pasar un mal trago en el día marcado para su asunción presidencial, acaso el más esperado por él desde las ambiciosas jornadas infantiles rebosantes de sueños. Su desafío no es el de iniciar el gobierno bajo parámetros negativos –siempre los arranques sexenales han tenido este deplorable signo-- sino, precisamente, lograr iniciarlo con el formalismo del rito insustituible porque lo acredita el texto fundamental del país: si no hay protesta, no hay presidente. Y es esta circunstancia, polarizadas las opiniones y las pasiones, la que mantiene en un hilo la expectación general y no sólo en México. Cuando menos puede decirse que nuestra crisis política también preocupa al mundo.

Hasta donde podía observarse en el pasado inmediato, Calderón no mostraba visos de ser un vulgar ambicioso del poder. Quien debió explicarlo así fue Andrés Manuel López Obrador situado en la condición de mesiánico ofensor presto a erigirse como dictador perpetuo. Felipe, en cambio, apostó por la raigambre familiar y se mostró como un clasemediero preocupado por los rezagos sociales. En cierta medida se nutrió de la enseñanza fujimoriana que le permitió acceder al “chino”, como le llamaban, a la Presidencia del Perú basándose en un perfil ayuno de aristocracia y rebosante de calor popular. Y decía: gobernaré como lo harías tú. Millones le creyeron hasta que la ilusión democrática desbarrancó hacia la autocracia.

Calderón es, desde ahora, un mandatario débil, acosado, cooptado, limitado. Hacia dentro, como lo hemos explicado ya, confrontará la resistencia de un opositor fuerte, obcecado, más bien terco, que estima la grandeza política en la capacidad de martirio, desprendido de comodidades y de ilusiones de riqueza. Su “sueldo”, fijado por él en 50 mil pesos mensuales, no sirve para hacer fortuna sino para mantener la dinámica política aun cuando parezca rehén del ocio de la protesta improductiva.

Para el michoacano Felipe, quien perdió en su tierra en la misma tónica a lo sucedido cuando se postuló para el gobierno de su entidad –quedó en aquella ocasión en tercer lugar--, muy a pesar de su reiterada promoción para identificarse con la mariposa monarca que sólo finca su santuario unos cuantos meses al año sobre las tierras del Tata, la ocasión se presenta como un severo valladar contra todo propósito sectario. Y, para infortunio suyo, hasta el momento sólo ha podido pagar facturas... a los cómplices que le sirvieron para llegar aunque lo hiciera atrapado por los lastres. Es este rasgo, el del mandatario preso de sus aliados, el que desvía las buenas intenciones y exalta la gravedad de la crisis que ya nadie se atreve a negar aun cuando el propio Calderón calificó a la jornada de hoy, cuando todavía no la observaba tan inminente, como “un día divertido”. Que empiecen, entonces, los fuegos pirotécnicos.

Debate

Hace unos días sorprendí al auditorio de Monterrey cuando, contra lo esperado de parte de un analista crítico que ha señalado los pecados de origen de quien fue designado “presidente electo” bajo sospecha, explicando las condiciones positivas del señor Calderón en ausencia del “carisma” que, sin duda, encumbró a Fox como el abanderado del cambio aun cuando carecía de capacidad y preparación para ejercer el delicado encargo de ejercer la Presidencia de la República en una etapa crucial. A diferencia de Vicente, el michoacano tiene conocimiento de causa, destacó como legislador pos su talante conciliador –la campaña precedente le hizo perder el tacto por lo ríspida--, y mantuvo más que una “sana distancia” respecto al foxismo, aun cuando fuera miembro del gabinete durante dos años, empeñándose en mostrarse más como panista tradicional, reacia, por tanto, a los iluminismos circunstanciales.

Si Fox cayó en el esquema de la corrupción al mentir sobre sus verdaderos alcances y pretender conducir la nave de la República sin más fuerza que la de su propio instinto, quedando por ello sujeto a los criterios de otros –incluyendo a su cónyuge--, Calderón, al aceptar el papel del “menos malo” y permitir los excesos cometidos en su nombre, por el imperativo de salvar la continuidad de la esquizofrenia izquierdista, redujo sus verdaderos alcances y posibilitó el reacomodo y arribazón posterior de algunos de los más oscuros representantes del viejo régimen. La penitencia comienza hoy.

No es que Felipe, y lo mismo Fox, haya dejado de ser una “buena persona” con aplicaciones cotidianas de hacendosos y cumplidores en las relaciones familiares. Se trata de resolver si estamos ante un verdadero líder. Fox, por ejemplo, renunció a ser cabeza, aun cuando tuviera en sus manos los instrumentos del poder, cuando temió enfrentarse a los grupos poderosos, las mafias dominantes, optando por ganar tiempo, perdiéndolo. Felipe, acorralado y en la condición menos agraciada para un mandatario incipiente de cuantas hayan confrontado sus antecesores en la Primera Magistratura, parece anclado entre la posibilidad de ser titiritero o títere. Su destino político depende, sin duda, de que pueda resolver la coyuntura.

Calderón, en fin, sabe muy bien que su misión fundamental es la de conciliar. Y es evidente que, por cuanto ha sucedido, el papel de apóstol parece finiquitado.
http://diario.com.mx/nota.asp?notaid=1a7ad50317d31ec340e49f5581be4664

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México, D.F. - Viernes 1 de Diciembre de 2006
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Vivir con VIH es... vivir

La muerte ha pasado cerca de Josué Quino muchas veces, pero no lo ha tocado. Desde hace diez años recuperó una vida normal, aunque llena de precauciones.

Todos nos podemos morir de cualquier cosa”. Así lo dice Josué cuando platica la historia de “El Guti” quien una semana antes de morir en un accidente automovilístico se preocupaba por no infectarse de VIH como su amigo, y sin embargo murió primero que éste.

Josué Quino es un hombre de teatro, homosexual, feliz y uno de las 107 mil 625 personas que en México se han infectado con el virus del VIH/Sida. A sus 48 años de edad no le da pena decirlo; de hecho se muestra muy entero y desde hace 20 años, cuando se lo detectaron, presume su edad, “pues es como si hubiera nacido por primera vez”.

Sin mucho conocimiento sobre lo que era el virus, Quino fue uno de los primeros infectados en México pues sólo tres años antes había llegado la epidemia a nuestro país. Todo inició con una tos que no desaparecía, la ida con un homeópata, que le dio chochos y después de varias pruebas de sangre le dijo: “Tienes el bicho”.

“El problema no es vivir con el virus, el problema es ignorarlo”, dice mientras fuma un cigarro. Su vida no es diferente a la de los demás: hace lo mismo que todos sin limitaciones; lo único es ser puntual con sus medicamentos y asistir a las consultas con el médico.

Hoy, cuando se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, la estrategia a seguir es saber que estar infectado no es el final. “Hasta hace poco era una sentencia de muerte”, y aunque no se busca descuidar la prevención, sí hacer conciencia sobre lo importante que es conocer si se es o no portador, “se trata de estar sano”.

El teatrero, como él mismo se llama, enfrentó el hecho de tener Sida cuando era nuevo hasta para los médicos; es más, comenta, ni por el nombre actual se le conocía “le llamaban la maldición de los gays, el cáncer rosa y decían que se contagiaba al tener relaciones sexuales con extranjeros”.

Desde que supo la noticia se la comentó a su pareja: “no me abraces, no te quiero contagiar”, pero la estabilidad en su relación suponía que él también era seropositivo.

"Al saberlo", agrega, "tuve dos reacciones inmediatas en mi vida: incorporé el condón a mis relaciones sexuales pese a lo complicado que era conseguir uno y bloqueé el tema del sida en mi vida".

La amenaza era constante. Al poco tiempo de conocer la noticia los científicos señalaron que el tiempo estimado de vida para los contagiados era sólo de cinco años, y cuando estos transcurrieron ahora decían que lo máximo eran diez. La cuenta regresiva era permanente.

Se acercaba la década, tiempo en el que se distanció de todos, “no salía a ningún lado por miedo a contagiar a mis amigos”; se limitaba a realizar sus actividades cotidianas. Su único acompañante, su novio, con quien “cada fin de semana salíamos por la cura”.

Por el miedo a morir, meses antes del 96 se despidió de su familia, resolvió los pendientes que tenía con sus amigos. “Decía: 'Qué padre preparar todo para morir'”.

Pero la muerte no lo alcanzó, y pese a que muchos conocidos murieron él tuvo que dejar de preocuparse por eso. Se dedicó a celebrar la vida: “los pájaros que antes odiaba ya no me molestaban” y de diez años para acá lleva una vida intensa.

En la actualidad no se arrepiente de nada de lo que ha vivido. “Fue como nacer, al principio gateas”.

Ahora Quino es activista, realizó tres festivales de teatro y Sida en la ciudad de México con lo que creó su organización civil del mismo nombre. También trabaja en la prevención de VIH en los jóvenes, pues “ellos lo absorben mejor, lo asimilan”.

Sale con un hombre seronegativo (“Somos una de cientos de parejas serodiscordantes”) desde hace dos años, y claramente le anticipó desde el inicio su condición de portador del virus, lo cual no evita que llevan una vida sexual activa; eso sí, bien protegida.

Después de muchos años de estar estigmatizado, Josué señala: “El trato ahora es más respetuoso”, generalmente porque la gente conoció un caso cercano y no simplemente por aceptación, “eso es lo que no debimos haber permitido”.

El activista está consciente de que como persona infectada tiene una responsabilidad mayor para ayudar en la difusión de este tema. "Precisamente vivo para informar y difundir información”.


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