Thursday, August 31, 2006
Astillero
Jueves 31 de agosto de 2006
Astillero
Julio Hernández López
Hijos de Ohio
Fox y Bush, paisanos
En 2001, visita filial
Cabalgar en San Cristóbal
El 6 de septiembre de 2001, el Presidente de México fue llevado por el de Estados Unidos al estado de Ohio. ¿Ohio, en el contexto de una visita que era la primera de un mandatario extranjero a George W. Bush quien, a su vez, le había ofrecido la deferencia de ser el primer invitado a una cena de Estado en la Casa Blanca? ¿Ohio, en una gira de trabajo que llevaba a Fox a hablar en ciudades clave, como Washington, obviamente, o Miami, el sitio financiera y políticamente fundamental para el triunfo del guanajuatense? Pues sí: Ohio.
Allí, en el Savage Hall de la University of Toledo, frente a "estudiantes y grupos comunitarios", Bush bromeó respecto al extraño viaje: "no toda la sabiduría se encuentra en Washington, DC. Existe mucha sabiduría en pueblos como Toledo, Ohio". Y luego soltó una clave del viaje de corte sentimental, casi una ceremonia de reafirmación de identidad: "Tenemos algo en común, a propósito, que quizá no hayan considerado. El abuelo del presidente Fox se crió en Cincinnati, Ohio; mi abuelo se crió en Columbus, Ohio. Supongo que podrían decir, de cierta manera, que somos hijos de Ohio, excepto que es un poco difícil darse cuenta por nuestros acentos" (http://www.whitehouse.gov/news/releases/2001/09/20010906-11.es.html), pista suministrada desde Mexicali por el lector Roberto Díaz Ramírez.
No han sido solamente los acentos los que han dificultado saber cuán real es el hecho de que el Presidente de México sea un hijo de Ohio. Las versiones que circulan en San Cristóbal, Guanajuato, acerca de la nacionalidad estadunidense del padre del actual mandatario, e incluso sobre el presunto natalicio del propio Vicente en Cleveland, Ohio, habían quedado trabadas en una maquinaria oficial y religiosa extrañamente reacia a dar transparencia a los documentos oficiales del pasado familiar de los Fox.
Hasta que Ventura Gutiérrez, dirigente de familiares de braceros en demanda de restitución de fondos que les fueron descontados décadas atrás, encontró indirectamente una confirmación, en el acta de nacimiento del primogénito de José Luis Fox Pont, quien bajo su firma aseguró, en 1941, ser de nacionalidad "americana" (información publicada este miércoles en La Jornada). Si la madre de Fox fue de nacionalidad española, y el padre estadunidense, entonces Vicente no habría cumplido con los requisitos para ser presidente de México, por más que éstos hubiesen sido reformados por Carlos Salinas, con dedicatoria al guanajuatense (nacido en el Distrito Federal, según eso).
Hijo espiritual o físico de Ohio (es decir, de Estados Unidos), lo cierto es que Vicente Fox ha sido el presidente mexicano que más se ha sometido a las directrices políticas del vecino (salvo en el episodio de Naciones Unidas en que Fox eludió apoyar el ataque de Bush a Irak, mediante la triquiñuela quirúrgica de una operación de espalda, que era necesaria pero no obligatoria en ese momento). Hoy, como en las peores páginas de su historia, México vive una división social que le hace más vulnerable ante presiones y decisiones de la Casa Blanca. Todo en aras de cumplir el objetivo estadunidense, y de la clase política y empresarial mexicana, aliada y dependiente de la nación imperial, de que México no sea presidido por un político contrario o cuando menos distante de los intereses gringos, y que nuestro país no se sume a los cambios que en varios países de Latinoamérica han vuelto a mirar hacia la izquierda.
Hijos de Ohio, Bush y Fox han ganado su lugar en la historia. Cabe recordar lo que en la revista Tiempos, órgano de divulgación del archivo histórico municipal de León, Guanajuato, escribió en el número 64, de mayo/junio de 2001, Rodolfo Herrera Cruz, un arquitecto metido a historiador, sobre San Cristóbal, el rancho de los Fox, mencionando que "en 1915 le ofrecen en venta la hacienda a José L. Fox Flafh (al parecer, el apellido correcto es Flach: nota astillada) por la cantidad de 500,000 pesos. Originario de Cincinnati, EU, en 1898 llegó a la ciudad de Irapuato, donde tenía un negocio de alquiler de coches de tracción animal, que en aquella ciudad eran conocidos como 'chispas'. Se casó con Helena Pont, originaria de Lagos, quien era viuda de un francés de apellido Jons, con el cual procreó cuatro hijos".
El primero de esos hijos, y único varón, fue José Luis Fox Pont, quien se casaría con María de las Mercedes Quesada y tendría nueve hijos, uno de ellos Vicente. Don José "grande", el abuelo del actual presidente de México -todo según Herrera Cruz-, "fue perdiendo la memoria cuando el gobierno decretó la dotación de los cuatro ejidos que ocuparon las tierras de la hacienda. Todas las tardes salía en su caballo, acompañado por su perro. Muchas veces lo sorprendía la noche, y era tanta su tristeza que se quedaba como divagando. Al no llegar, salía un mozo a buscarlo, o alguien que anduviera por ese lugar iba a la hacienda para avisar que lo recogieran".
Astillas:
Reacomodos varios: Calderón le dice a Andrés Manuel, para que lo escuche Vicente, que su enemigo no es el perredista; Jorge Zermeño, panista presidente de la mesa directiva de San Lázaro, cercano más a Felipe que a Vicente, dice que si éste no tiene condiciones propicias el viernes, bien podría nomás dejar su escrito y no hablar (entregas y te vas); y algunos legisladores priístas (como Hugo Castro) exigen al PRI explicaciones sobre las alianzas recientes con el PAN ("la reacción")... Hoy, a las 12 del día, el politecleador estará en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) de la Unidad Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional. No es posible saber si las divagaciones del columnero astillado serán pronunciadas en algún auditorio o salón formal, a las afueras de una cafetería, en algún verde césped o una gris plancha de cemento, pero de que habrá plática, la habrá. Los organizadores de la reunión le enviaron una formalísima carta al director del IPN, Enrique Villa Rivera, y al secretario general, Efrén Parada, solicitando desde el lunes anterior que alguno "de los cuatro auditorios de la ESIME" pudiese ser utilizado para que el arriba firmante diera "una conferencia magistral". De cualquier manera, este tecleador irá hoy al IPN, en una primera plática y en espera de que los diversos grupos y corrientes que le han invitado a hablar allá organicen luego una más amplia... ¡Hasta mañana, en esta columna hija de... la guayaba!
Fax: 56 05 20 99 juliohdz@jornada.com.mx www.juliohernandez.com.mx
Astillero
Julio Hernández López
Hijos de Ohio
Fox y Bush, paisanos
En 2001, visita filial
Cabalgar en San Cristóbal
El 6 de septiembre de 2001, el Presidente de México fue llevado por el de Estados Unidos al estado de Ohio. ¿Ohio, en el contexto de una visita que era la primera de un mandatario extranjero a George W. Bush quien, a su vez, le había ofrecido la deferencia de ser el primer invitado a una cena de Estado en la Casa Blanca? ¿Ohio, en una gira de trabajo que llevaba a Fox a hablar en ciudades clave, como Washington, obviamente, o Miami, el sitio financiera y políticamente fundamental para el triunfo del guanajuatense? Pues sí: Ohio.
Allí, en el Savage Hall de la University of Toledo, frente a "estudiantes y grupos comunitarios", Bush bromeó respecto al extraño viaje: "no toda la sabiduría se encuentra en Washington, DC. Existe mucha sabiduría en pueblos como Toledo, Ohio". Y luego soltó una clave del viaje de corte sentimental, casi una ceremonia de reafirmación de identidad: "Tenemos algo en común, a propósito, que quizá no hayan considerado. El abuelo del presidente Fox se crió en Cincinnati, Ohio; mi abuelo se crió en Columbus, Ohio. Supongo que podrían decir, de cierta manera, que somos hijos de Ohio, excepto que es un poco difícil darse cuenta por nuestros acentos" (http://www.whitehouse.gov/news/releases/2001/09/20010906-11.es.html), pista suministrada desde Mexicali por el lector Roberto Díaz Ramírez.
No han sido solamente los acentos los que han dificultado saber cuán real es el hecho de que el Presidente de México sea un hijo de Ohio. Las versiones que circulan en San Cristóbal, Guanajuato, acerca de la nacionalidad estadunidense del padre del actual mandatario, e incluso sobre el presunto natalicio del propio Vicente en Cleveland, Ohio, habían quedado trabadas en una maquinaria oficial y religiosa extrañamente reacia a dar transparencia a los documentos oficiales del pasado familiar de los Fox.
Hasta que Ventura Gutiérrez, dirigente de familiares de braceros en demanda de restitución de fondos que les fueron descontados décadas atrás, encontró indirectamente una confirmación, en el acta de nacimiento del primogénito de José Luis Fox Pont, quien bajo su firma aseguró, en 1941, ser de nacionalidad "americana" (información publicada este miércoles en La Jornada). Si la madre de Fox fue de nacionalidad española, y el padre estadunidense, entonces Vicente no habría cumplido con los requisitos para ser presidente de México, por más que éstos hubiesen sido reformados por Carlos Salinas, con dedicatoria al guanajuatense (nacido en el Distrito Federal, según eso).
Hijo espiritual o físico de Ohio (es decir, de Estados Unidos), lo cierto es que Vicente Fox ha sido el presidente mexicano que más se ha sometido a las directrices políticas del vecino (salvo en el episodio de Naciones Unidas en que Fox eludió apoyar el ataque de Bush a Irak, mediante la triquiñuela quirúrgica de una operación de espalda, que era necesaria pero no obligatoria en ese momento). Hoy, como en las peores páginas de su historia, México vive una división social que le hace más vulnerable ante presiones y decisiones de la Casa Blanca. Todo en aras de cumplir el objetivo estadunidense, y de la clase política y empresarial mexicana, aliada y dependiente de la nación imperial, de que México no sea presidido por un político contrario o cuando menos distante de los intereses gringos, y que nuestro país no se sume a los cambios que en varios países de Latinoamérica han vuelto a mirar hacia la izquierda.
Hijos de Ohio, Bush y Fox han ganado su lugar en la historia. Cabe recordar lo que en la revista Tiempos, órgano de divulgación del archivo histórico municipal de León, Guanajuato, escribió en el número 64, de mayo/junio de 2001, Rodolfo Herrera Cruz, un arquitecto metido a historiador, sobre San Cristóbal, el rancho de los Fox, mencionando que "en 1915 le ofrecen en venta la hacienda a José L. Fox Flafh (al parecer, el apellido correcto es Flach: nota astillada) por la cantidad de 500,000 pesos. Originario de Cincinnati, EU, en 1898 llegó a la ciudad de Irapuato, donde tenía un negocio de alquiler de coches de tracción animal, que en aquella ciudad eran conocidos como 'chispas'. Se casó con Helena Pont, originaria de Lagos, quien era viuda de un francés de apellido Jons, con el cual procreó cuatro hijos".
El primero de esos hijos, y único varón, fue José Luis Fox Pont, quien se casaría con María de las Mercedes Quesada y tendría nueve hijos, uno de ellos Vicente. Don José "grande", el abuelo del actual presidente de México -todo según Herrera Cruz-, "fue perdiendo la memoria cuando el gobierno decretó la dotación de los cuatro ejidos que ocuparon las tierras de la hacienda. Todas las tardes salía en su caballo, acompañado por su perro. Muchas veces lo sorprendía la noche, y era tanta su tristeza que se quedaba como divagando. Al no llegar, salía un mozo a buscarlo, o alguien que anduviera por ese lugar iba a la hacienda para avisar que lo recogieran".
Astillas:
Reacomodos varios: Calderón le dice a Andrés Manuel, para que lo escuche Vicente, que su enemigo no es el perredista; Jorge Zermeño, panista presidente de la mesa directiva de San Lázaro, cercano más a Felipe que a Vicente, dice que si éste no tiene condiciones propicias el viernes, bien podría nomás dejar su escrito y no hablar (entregas y te vas); y algunos legisladores priístas (como Hugo Castro) exigen al PRI explicaciones sobre las alianzas recientes con el PAN ("la reacción")... Hoy, a las 12 del día, el politecleador estará en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) de la Unidad Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional. No es posible saber si las divagaciones del columnero astillado serán pronunciadas en algún auditorio o salón formal, a las afueras de una cafetería, en algún verde césped o una gris plancha de cemento, pero de que habrá plática, la habrá. Los organizadores de la reunión le enviaron una formalísima carta al director del IPN, Enrique Villa Rivera, y al secretario general, Efrén Parada, solicitando desde el lunes anterior que alguno "de los cuatro auditorios de la ESIME" pudiese ser utilizado para que el arriba firmante diera "una conferencia magistral". De cualquier manera, este tecleador irá hoy al IPN, en una primera plática y en espera de que los diversos grupos y corrientes que le han invitado a hablar allá organicen luego una más amplia... ¡Hasta mañana, en esta columna hija de... la guayaba!
Fax: 56 05 20 99 juliohdz@jornada.com.mx www.juliohernandez.com.mx