Thursday, August 10, 2006
DESDE EL CAMPAMENTO 42
Saludos enormes a todos los paisanos que estan en el campamento migrante. A continuacion les mandamos las fotos que nos envia el gran activista padre Luis Angel Nieto desde su campamento, donde por cierto se fue a pasar su cumpleanos. Que mejor regalo personal, que cumplir un aniverario mas luchando por lo que crees, en el lugar que tendra su lugar historico en la lucha por la democracia: Los campamentos del Zocalo.
CAMPAMENTO INMIGRANTE
El divorcio entre lo que he vivido cada 24 horas en los campamento y el retrato que ofrecen estos días algunos medios de comunicación, sobre un movimiento de resistencia civil pacífica que está dejando su impronta histórica, me lleva a concluir que en México una gran parte de nuestra sociedad padece de ceguera democrática. Un mal que aún sigue impidiendo ver a muchos el trasfondo de un problema que hoy nos ha colocado ante la peor crisis política de los últimos tiempos; que nos ha dividido en el seno más íntimo de nuestra familia, de nuestro trabajo y en el círculo de amistades que creíamos tan sólidas como imperecederas. Si. En México todavía algunos árboles nos impiden ver el bosque. Ese bosque infestado de prácticas antidemocráticas, de arrebatos caudillistas y autoritarios que siguen confundiendo al país con su Hacienda o con su rancho. Un bosque donde pululan histéricos predicadores mediáticos al servicio de poderosos intereses corporativos. Un bosque donde el Estado de Derecho se ha transformado en un vulgar mercado de transacciones donde prevalece la ley del más rico y poderoso. Un bosque dominado por pobres que huyen hacia el norte en busca de un futuro mejor, mientras los más ricos siguen disputando los primeros lugares en la revista Forbes. Un bosque, desafortunadamente, donde la libertad de expresión es una antigualla o una expresión que sólo se utiliza con fines de mercadotecnia en los
más poderosos medios de comunicación. Constatar tal divorcio entre la realidad que he palpado, sentido, valorado y disfrutado con orgullo democrático y las versiones contradictorias y mediatizadas que nos llegan a través de poderosos medios de comunicación, me han llevado a la conclusión de que, si bien, en México hemos sido capaces de romper con el pasado, no sabemos, si acaso, ese pasado va a terminar con nosotros.
Fraternalmente desde el campamento 42
Fr. Luis Ángel Nieto.
CAMPAMENTO INMIGRANTE
El divorcio entre lo que he vivido cada 24 horas en los campamento y el retrato que ofrecen estos días algunos medios de comunicación, sobre un movimiento de resistencia civil pacífica que está dejando su impronta histórica, me lleva a concluir que en México una gran parte de nuestra sociedad padece de ceguera democrática. Un mal que aún sigue impidiendo ver a muchos el trasfondo de un problema que hoy nos ha colocado ante la peor crisis política de los últimos tiempos; que nos ha dividido en el seno más íntimo de nuestra familia, de nuestro trabajo y en el círculo de amistades que creíamos tan sólidas como imperecederas. Si. En México todavía algunos árboles nos impiden ver el bosque. Ese bosque infestado de prácticas antidemocráticas, de arrebatos caudillistas y autoritarios que siguen confundiendo al país con su Hacienda o con su rancho. Un bosque donde pululan histéricos predicadores mediáticos al servicio de poderosos intereses corporativos. Un bosque donde el Estado de Derecho se ha transformado en un vulgar mercado de transacciones donde prevalece la ley del más rico y poderoso. Un bosque dominado por pobres que huyen hacia el norte en busca de un futuro mejor, mientras los más ricos siguen disputando los primeros lugares en la revista Forbes. Un bosque, desafortunadamente, donde la libertad de expresión es una antigualla o una expresión que sólo se utiliza con fines de mercadotecnia en los
más poderosos medios de comunicación. Constatar tal divorcio entre la realidad que he palpado, sentido, valorado y disfrutado con orgullo democrático y las versiones contradictorias y mediatizadas que nos llegan a través de poderosos medios de comunicación, me han llevado a la conclusión de que, si bien, en México hemos sido capaces de romper con el pasado, no sabemos, si acaso, ese pasado va a terminar con nosotros.
Fraternalmente desde el campamento 42
Fr. Luis Ángel Nieto.