Sunday, August 20, 2006
México, D.F. - Domingo 20 de Agosto de 2006
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El último Informe… del PejeEl presidente Fox ya dijo que acudirá a San Lázaro y que leerá un mensaje político el primero de septiembre. El escenario le será adverso a pesar de la mayoría relativa que por vez primera ostentará su partido, el PAN, en la Cámara de Diputados; enfrentará una nutrida fracción del PRD, transformada ahora en la segunda fuerza política.En el punto extremo de la confrontación con sus adversarios políticos, bajo la amenaza de protestas dentro y fuera del Palacio Legislativo de San Lázaro, el presidente Vicente Fox deberá comparecer personalmente el próximo primero de septiembre ante el Congreso de la Unión y entregar por escrito el último informe anual de su administración, además de leer un mensaje político.Fox podría, incluso, encarar ahí a su más radical opositor entre los asistentes a la ceremonia, pues nada impide al nuevo grupo parlamentario del PRD incluir en su lista de invitados especiales el nombre de Andrés Manuel López Obrador.La posibilidad está latente, como lo dejó entrever el discurso del tabasqueño durante su asamblea informativa del pasado 14 de agosto en el Zócalo capitalino, después del desalojo a toletazos del plantón perredista a las puertas de la Cámara de Diputados:“¿Por qué esta desesperación? Dicen que para resguardar la Cámara de Diputados, faltan más de 15 días para el Informe. ¿Por qué ahora? ¿Qué acaso es un mensaje para intimidarnos? Nosotros podremos tener miedo, porque somos seres humanos, pero no somos cobardes, ciudadano Presidente”, dijo, y remató con la advertencia: “Faltan 15 días y ya tomamos una decisión. ¡Claro que vamos a ir el día primero a la Cámara de Diputados!”.Si bien el Presidente de la República dispondrá de alternativas diversas para sortear las movilizaciones en las calles y llegar puntualmente al recinto legislativo —incluso existe la posibilidad de que llegue en helicóptero—, una vez dentro del salón de sesiones estará expuesto a la ofensiva frontal de la más numerosa bancada perredista en la historia.Aun dentro del cerco militarizado alrededor del Palacio Legislativo de San Lázaro, el titular del Poder Ejecutivo enfrentará dos de las horas más difíciles de todo el sexenio. Pese al escenario anticipadamente ríspido, la posición de la Presidencia de la República está decidida: “Fox irá a San Lázaro”; la respuesta de las fuerzas integrantes de la Coalición Por el Bien de Todos es igualmente firme: “No será un día de campo para Fox; ¡Vamos con todo!”.Al acto del primero de septiembre asistirán mil 500 invitados especiales, entre embajadores, cónsules y dignatarios extranjeros; gobernadores, presidentes de congresos locales y de tribunales estatales; ministros de culto, dirigentes de organizaciones empresariales y líderes sindicales, así como representantes de organismos nacionales e internacionales.Al nivel del pleno, cuatro metros detrás de la última fila de curules, la Presidencia contará con un palco de 60 lugares para sus invitados especiales, entre ellos Marta Sahagún de Fox y los familiares del mandatario.Y cada uno de los ocho partidos con representación en la 60 Legislatura del Congreso de la Unión (PRI, PAN, PRD, PVEM, PT, Convergencia, Nueva Alianza y Alternativa Socialdemócrata) tendrá también una cuota de lugares en el recinto para sus respectivos dirigentes nacionales y militantes distinguidos. En proporción a su representatividad en el pleno, las fuerzas políticas integrarán libremente la lista de sus invitados, con derecho a un asiento en las galerías del Palacio Legislativo de San Lázaro.Nada impide a los nuevos diputados y senadores del PRD designar a Andrés Manuel López Obrador como su invitado al recinto parlamentario, aunque ahí quedaría aislado de los miles de simpatizantes que probablemente arriben ese día a las inmediaciones de la Cámara de Diputados, en demanda del recuento de la elección presidencial “voto por voto y casilla por casilla”.De hecho, la Mesa Directiva pactó el pasado jueves con los representantes de las bancadas entrantes mantener el formato y el protocolo utilizado durante los últimos años para la ceremonia del Informe Presidencial.La sesión inaugural de la 60 Legislatura comenzará a las cinco de la tarde y dos horas después, una vez que los ocho partidos políticos hayan fijado su posicionamiento sobre el sexto y último año de la administración saliente, Vicente Fox ingresará al recinto y los legisladores del PRD develarán las sorpresas que, según ellos mismos, prepararán para ese momento.“En el mejor de los escenarios, Vicente Fox no se librará de la peor rechifla de su vida”, anticipó el perredista Iván García Solís, presidente de la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias de la Cámara de Diputados.Seis Años De InterpelacionesEn su penúltima visita como Presidente de México al Palacio Legislativo de San Lázaro, Vicente Fox enfrentará nuevamente un escenario adverso, pese a la mayoría relativa que por vez primera ostentará su partido desde el primero de septiembre. Fox deberá hacer frente ese día a la nutrida fracción del PRD, transformada ahora en la segunda fuerza política.Las arengas, las rechiflas, las interpelaciones y las pancartas no representarán, sin embargo, algo inédito para el mandatario, sacudido por los legisladores de la oposición desde el momento mismo en que rindió su protesta constitucional como titular del Ejecutivo Federal.Aquel mediodía del primero de diciembre de 2000, Fox comenzó a leer el juramento: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”.Pero, en ese punto, Fox intercaló, por iniciativa propia: “¡Por los pobres y marginados de este país!”, para entonces completar el texto constitucional: “Y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande”.Acto seguido, al dar lectura a su primer mensaje como mandatario, el guanajuatense decidió dirigirse primero hacia sus hijos: “Hola, Ana Cristina; hola, Paulina; Vicente y Rodrigo”, y ya después habló al “Honorable Congreso de la Unión”. Además de la reprobación a gritos de los legisladores, dichas frases le valieron un “extrañamiento” de priistas y perredistas, por una supuesta violación constitucional, mientras que el entonces diputado federal César Nava —actualmente vocero calderonista— se limitó a señalar que si alguien se molestó por el agregado de Fox, “ése es su problema”.Entre las vallas de la Policía Federal Preventiva y el Estado Mayor Presidencial, la historia se repitió a lo largo del sexenio, cada primero de septiembre, con un golpeteo sistemático al Presidente de la República, mas no sólo de los legisladores perredistas, sino que también la entonces mayoría relativa del priismo se sumó una y otra vez al interminable desfile de pancartas, chiflidos, carcajadas e increpaciones al mandatario.Pero nunca, como ahora, habían aparecido en las inmediaciones del Palacio Legislativo las tanquetas antimotines del Gobierno Federal, que tras las vallas de acero, han transformado el recinto parlamentario en una fortaleza a prueba de irrupciones.Tras el desalojo de los campamentos perredistas de “resistencia civil” instalados el pasado lunes, más de un millar de policías y militares “blindaron” las vías de acceso a la Cámara de Diputados, quince días antes de la entrega del VI Informe de Gobierno de la actual administración. Así, el Palacio Legislativo quedó cercado desde la madrugada del martes por vallas de dos metros y medio de altura, con patrullajes militares alrededor del recinto.Por petición del presidente de la Cámara de Diputados, el panista Álvaro Elías, las autoridades federales decidieron reforzar la seguridad en torno al recinto, frente a la convocatoria de Andrés Manuel López Obrador a la movilización de sus simpatizantes para el día del Informe.Por conducto de su vocero, Inti Muñoz, la fracción del PRD en la Cámara de Diputados calificó la operación militar y policiaca como “excesiva, paranoica, agresiva y violenta”. Advirtió, sin embargo, que el dispositivo de seguridad “no intimida” a los activistas de la Coalición Por el Bien de Todos y afirmó que los simpatizantes de López Obrador se mantienen firmes en la intención de movilizarse hacia el Palacio legislativo el día del informe presidencial, sin el ánimo de confrontar a la fuerza pública.Manuel Gómez Morín, portavoz de la fracción del PAN en San Lázaro, defendió a su vez la legalidad de las operaciones de resguardo y expresó el respaldo de su bancada al diputado Elías, denunciado penalmente por el PRD como “cómplice” de la agresión policiaca del pasado lunes contra una decena de legisladores.El legislador panista negó que la intervención del Ejército Mexicano represente un exceso, pues según dijo, “lo que esperamos es un informe como lo hemos visto siempre, un informe con un mensaje republicano, que se dé en términos de absoluta libertad, sin presiones políticas y que las fiestas del 15 y 16 de septiembre también se desarrollen con la misma normalidad”.Fox, Obligado A ComparecerEl presidente Vicente Fox está obligado por la Constitución Política a comparecer personalmente ante el Poder Legislativo el próximo primero de septiembre y a entregar por escrito el último informe de su administración, pese al amago de movilizaciones en torno al recinto parlamentario.De acuerdo con el artículo 69 constitucional, “a la apertura de sesiones ordinarias del primer periodo del Congreso (de la Unión) asistirá el Presidente de la República y presentará un informe por escrito (…)”. Adicionalmente, la Ley Orgánica y el Reglamento Interno del Congreso General establecen las normas y el protocolo para la celebración de ese acto. En ese marco, está totalmente descartada la posibilidad de que el titular del Poder Ejecutivo decida “encerrarse” en Los Pinos y enviar su VI Informe de Gobierno a los legisladores, puntualizó el perredista Iván García, presidente de la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias de la Cámara de Diputados.“No hay vuelta de hoja; el Presidente de la República deberá presentarse ante diputados y senadores para entregar su informe por escrito y, si así lo decide, dar lectura a un mensaje político”, agregó el legislador.Además de la disposición constitucional, el artículo 7 de la Ley Orgánica del Congreso General establece que “antes del arribo del Presidente (al recinto legislativo), hará uso de la palabra un legislador por cada uno de los partidos políticos”.Precisa también que “el presidente del Congreso (de la Unión) contestará el informe en términos concisos y generales, con las formalidades que correspondan al acto”. Y remarca que durante la sesión “no procederán intervenciones o interrupciones por parte de los legisladores”.Al respecto, el diputado Iván García insistió en la necesidad de modificar el formato del informe presidencial, a fin de establecer un diálogo entre los poderes. Llamó, incluso, al presidente Fox a “dar un paso adelante” y acceder este año a presentarse en el Palacio Legislativo de San Lázaro desde el momento en que los representantes de los partidos políticos fijen sus posiciones respecto al último año del actual Gobierno Federal.En su capítulo de “Ceremonial”, el Reglamento Interno del Congreso General establece en su artículo 185 que, al asistir el Presidente de la República a la sede del Poder Legislativo “saldrá a recibirlo, hasta la puerta del salón, una comisión compuesta de seis diputados e igual número de senadores. Dicha comisión lo acompañará hasta su asiento y después, a su salida, hasta la misma puerta. Asimismo, se nombrarán comisiones para acompañarlo de su residencia a la Cámara (de Diputados) y de ésta a su residencia”, detalla el protocolo a seguir el primer día de septiembre entrante.Todo ello, en el escenario de la confrontación, que el primero de septiembre alcanzará uno de los puntos más álgidos, pero no el final, pues aún queda pendiente el relevo presidencial, el primer día de diciembre, cuando Vicente Fox acudirá por última vez al Palacio Legislativo de San Lázaro, para entregar la banda presidencial.
Derechos Reservados © Grupo Editorial Milenio 2006
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El último Informe… del PejeEl presidente Fox ya dijo que acudirá a San Lázaro y que leerá un mensaje político el primero de septiembre. El escenario le será adverso a pesar de la mayoría relativa que por vez primera ostentará su partido, el PAN, en la Cámara de Diputados; enfrentará una nutrida fracción del PRD, transformada ahora en la segunda fuerza política.En el punto extremo de la confrontación con sus adversarios políticos, bajo la amenaza de protestas dentro y fuera del Palacio Legislativo de San Lázaro, el presidente Vicente Fox deberá comparecer personalmente el próximo primero de septiembre ante el Congreso de la Unión y entregar por escrito el último informe anual de su administración, además de leer un mensaje político.Fox podría, incluso, encarar ahí a su más radical opositor entre los asistentes a la ceremonia, pues nada impide al nuevo grupo parlamentario del PRD incluir en su lista de invitados especiales el nombre de Andrés Manuel López Obrador.La posibilidad está latente, como lo dejó entrever el discurso del tabasqueño durante su asamblea informativa del pasado 14 de agosto en el Zócalo capitalino, después del desalojo a toletazos del plantón perredista a las puertas de la Cámara de Diputados:“¿Por qué esta desesperación? Dicen que para resguardar la Cámara de Diputados, faltan más de 15 días para el Informe. ¿Por qué ahora? ¿Qué acaso es un mensaje para intimidarnos? Nosotros podremos tener miedo, porque somos seres humanos, pero no somos cobardes, ciudadano Presidente”, dijo, y remató con la advertencia: “Faltan 15 días y ya tomamos una decisión. ¡Claro que vamos a ir el día primero a la Cámara de Diputados!”.Si bien el Presidente de la República dispondrá de alternativas diversas para sortear las movilizaciones en las calles y llegar puntualmente al recinto legislativo —incluso existe la posibilidad de que llegue en helicóptero—, una vez dentro del salón de sesiones estará expuesto a la ofensiva frontal de la más numerosa bancada perredista en la historia.Aun dentro del cerco militarizado alrededor del Palacio Legislativo de San Lázaro, el titular del Poder Ejecutivo enfrentará dos de las horas más difíciles de todo el sexenio. Pese al escenario anticipadamente ríspido, la posición de la Presidencia de la República está decidida: “Fox irá a San Lázaro”; la respuesta de las fuerzas integrantes de la Coalición Por el Bien de Todos es igualmente firme: “No será un día de campo para Fox; ¡Vamos con todo!”.Al acto del primero de septiembre asistirán mil 500 invitados especiales, entre embajadores, cónsules y dignatarios extranjeros; gobernadores, presidentes de congresos locales y de tribunales estatales; ministros de culto, dirigentes de organizaciones empresariales y líderes sindicales, así como representantes de organismos nacionales e internacionales.Al nivel del pleno, cuatro metros detrás de la última fila de curules, la Presidencia contará con un palco de 60 lugares para sus invitados especiales, entre ellos Marta Sahagún de Fox y los familiares del mandatario.Y cada uno de los ocho partidos con representación en la 60 Legislatura del Congreso de la Unión (PRI, PAN, PRD, PVEM, PT, Convergencia, Nueva Alianza y Alternativa Socialdemócrata) tendrá también una cuota de lugares en el recinto para sus respectivos dirigentes nacionales y militantes distinguidos. En proporción a su representatividad en el pleno, las fuerzas políticas integrarán libremente la lista de sus invitados, con derecho a un asiento en las galerías del Palacio Legislativo de San Lázaro.Nada impide a los nuevos diputados y senadores del PRD designar a Andrés Manuel López Obrador como su invitado al recinto parlamentario, aunque ahí quedaría aislado de los miles de simpatizantes que probablemente arriben ese día a las inmediaciones de la Cámara de Diputados, en demanda del recuento de la elección presidencial “voto por voto y casilla por casilla”.De hecho, la Mesa Directiva pactó el pasado jueves con los representantes de las bancadas entrantes mantener el formato y el protocolo utilizado durante los últimos años para la ceremonia del Informe Presidencial.La sesión inaugural de la 60 Legislatura comenzará a las cinco de la tarde y dos horas después, una vez que los ocho partidos políticos hayan fijado su posicionamiento sobre el sexto y último año de la administración saliente, Vicente Fox ingresará al recinto y los legisladores del PRD develarán las sorpresas que, según ellos mismos, prepararán para ese momento.“En el mejor de los escenarios, Vicente Fox no se librará de la peor rechifla de su vida”, anticipó el perredista Iván García Solís, presidente de la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias de la Cámara de Diputados.Seis Años De InterpelacionesEn su penúltima visita como Presidente de México al Palacio Legislativo de San Lázaro, Vicente Fox enfrentará nuevamente un escenario adverso, pese a la mayoría relativa que por vez primera ostentará su partido desde el primero de septiembre. Fox deberá hacer frente ese día a la nutrida fracción del PRD, transformada ahora en la segunda fuerza política.Las arengas, las rechiflas, las interpelaciones y las pancartas no representarán, sin embargo, algo inédito para el mandatario, sacudido por los legisladores de la oposición desde el momento mismo en que rindió su protesta constitucional como titular del Ejecutivo Federal.Aquel mediodía del primero de diciembre de 2000, Fox comenzó a leer el juramento: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”.Pero, en ese punto, Fox intercaló, por iniciativa propia: “¡Por los pobres y marginados de este país!”, para entonces completar el texto constitucional: “Y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande”.Acto seguido, al dar lectura a su primer mensaje como mandatario, el guanajuatense decidió dirigirse primero hacia sus hijos: “Hola, Ana Cristina; hola, Paulina; Vicente y Rodrigo”, y ya después habló al “Honorable Congreso de la Unión”. Además de la reprobación a gritos de los legisladores, dichas frases le valieron un “extrañamiento” de priistas y perredistas, por una supuesta violación constitucional, mientras que el entonces diputado federal César Nava —actualmente vocero calderonista— se limitó a señalar que si alguien se molestó por el agregado de Fox, “ése es su problema”.Entre las vallas de la Policía Federal Preventiva y el Estado Mayor Presidencial, la historia se repitió a lo largo del sexenio, cada primero de septiembre, con un golpeteo sistemático al Presidente de la República, mas no sólo de los legisladores perredistas, sino que también la entonces mayoría relativa del priismo se sumó una y otra vez al interminable desfile de pancartas, chiflidos, carcajadas e increpaciones al mandatario.Pero nunca, como ahora, habían aparecido en las inmediaciones del Palacio Legislativo las tanquetas antimotines del Gobierno Federal, que tras las vallas de acero, han transformado el recinto parlamentario en una fortaleza a prueba de irrupciones.Tras el desalojo de los campamentos perredistas de “resistencia civil” instalados el pasado lunes, más de un millar de policías y militares “blindaron” las vías de acceso a la Cámara de Diputados, quince días antes de la entrega del VI Informe de Gobierno de la actual administración. Así, el Palacio Legislativo quedó cercado desde la madrugada del martes por vallas de dos metros y medio de altura, con patrullajes militares alrededor del recinto.Por petición del presidente de la Cámara de Diputados, el panista Álvaro Elías, las autoridades federales decidieron reforzar la seguridad en torno al recinto, frente a la convocatoria de Andrés Manuel López Obrador a la movilización de sus simpatizantes para el día del Informe.Por conducto de su vocero, Inti Muñoz, la fracción del PRD en la Cámara de Diputados calificó la operación militar y policiaca como “excesiva, paranoica, agresiva y violenta”. Advirtió, sin embargo, que el dispositivo de seguridad “no intimida” a los activistas de la Coalición Por el Bien de Todos y afirmó que los simpatizantes de López Obrador se mantienen firmes en la intención de movilizarse hacia el Palacio legislativo el día del informe presidencial, sin el ánimo de confrontar a la fuerza pública.Manuel Gómez Morín, portavoz de la fracción del PAN en San Lázaro, defendió a su vez la legalidad de las operaciones de resguardo y expresó el respaldo de su bancada al diputado Elías, denunciado penalmente por el PRD como “cómplice” de la agresión policiaca del pasado lunes contra una decena de legisladores.El legislador panista negó que la intervención del Ejército Mexicano represente un exceso, pues según dijo, “lo que esperamos es un informe como lo hemos visto siempre, un informe con un mensaje republicano, que se dé en términos de absoluta libertad, sin presiones políticas y que las fiestas del 15 y 16 de septiembre también se desarrollen con la misma normalidad”.Fox, Obligado A ComparecerEl presidente Vicente Fox está obligado por la Constitución Política a comparecer personalmente ante el Poder Legislativo el próximo primero de septiembre y a entregar por escrito el último informe de su administración, pese al amago de movilizaciones en torno al recinto parlamentario.De acuerdo con el artículo 69 constitucional, “a la apertura de sesiones ordinarias del primer periodo del Congreso (de la Unión) asistirá el Presidente de la República y presentará un informe por escrito (…)”. Adicionalmente, la Ley Orgánica y el Reglamento Interno del Congreso General establecen las normas y el protocolo para la celebración de ese acto. En ese marco, está totalmente descartada la posibilidad de que el titular del Poder Ejecutivo decida “encerrarse” en Los Pinos y enviar su VI Informe de Gobierno a los legisladores, puntualizó el perredista Iván García, presidente de la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias de la Cámara de Diputados.“No hay vuelta de hoja; el Presidente de la República deberá presentarse ante diputados y senadores para entregar su informe por escrito y, si así lo decide, dar lectura a un mensaje político”, agregó el legislador.Además de la disposición constitucional, el artículo 7 de la Ley Orgánica del Congreso General establece que “antes del arribo del Presidente (al recinto legislativo), hará uso de la palabra un legislador por cada uno de los partidos políticos”.Precisa también que “el presidente del Congreso (de la Unión) contestará el informe en términos concisos y generales, con las formalidades que correspondan al acto”. Y remarca que durante la sesión “no procederán intervenciones o interrupciones por parte de los legisladores”.Al respecto, el diputado Iván García insistió en la necesidad de modificar el formato del informe presidencial, a fin de establecer un diálogo entre los poderes. Llamó, incluso, al presidente Fox a “dar un paso adelante” y acceder este año a presentarse en el Palacio Legislativo de San Lázaro desde el momento en que los representantes de los partidos políticos fijen sus posiciones respecto al último año del actual Gobierno Federal.En su capítulo de “Ceremonial”, el Reglamento Interno del Congreso General establece en su artículo 185 que, al asistir el Presidente de la República a la sede del Poder Legislativo “saldrá a recibirlo, hasta la puerta del salón, una comisión compuesta de seis diputados e igual número de senadores. Dicha comisión lo acompañará hasta su asiento y después, a su salida, hasta la misma puerta. Asimismo, se nombrarán comisiones para acompañarlo de su residencia a la Cámara (de Diputados) y de ésta a su residencia”, detalla el protocolo a seguir el primer día de septiembre entrante.Todo ello, en el escenario de la confrontación, que el primero de septiembre alcanzará uno de los puntos más álgidos, pero no el final, pues aún queda pendiente el relevo presidencial, el primer día de diciembre, cuando Vicente Fox acudirá por última vez al Palacio Legislativo de San Lázaro, para entregar la banda presidencial.
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