Wednesday, August 02, 2006
Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto
El Universal
Miércoles 02 de agosto de 2006
grafico
Palabra de vocero
Si Rubén Aguilar Valenzuela no tiene un clon o posee el don de la ubicuidad, entonces el vocero de la Presidencia miente. Ayer Aguilar mandó una carta a esta columna en la que textualmente dice: "En su columna publicada el martes 1 de agosto, Salvador García Soto afirma falsamente que personas -cuya identidad no nos revela- me "vieron salir" de las instalaciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación donde nunca he estado. Lamento que el señor García haya sido engañado, pero a fin de que los lectores de EL UNIVERSAL Gráfico no lo sean también, reitero, no era yo".
Hasta ahí la escueta carta del vocero. Es su palabra contra la de dos personas que lo vieron salir el domingo 30 de julio, a las 3:15 de la tarde, a bordo de una camioneta Suburban azul, de las instalaciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Dos personas cuyo nombre no revelamos porque así lo pidieron, pero que sostienen, contra la versión del vocero, que lo vieron a escasos dos metros de la salida cuando abandonaba el mencionado edificio.
Si Aguilar no quiere explicar a los mexicanos qué hacía en el Tribunal, justo momentos después de que había estado en audiencia con los magistrados la comitiva del PAN encabezada por Felipe Calderón, él sabrá por qué. Sus razones tendrá para negarlo.
No sería, en todo caso, la primera vez que el señor Rubén Aguilar, funcionario de la Presidencia, miente o distorsiona la verdad. El miércoles 22 de febrero de este año, cuando el país en vilo esperaba noticias sobre la tragedia de la mina de Pasta de Conchos y cuando todos los expertos y especialistas decían que era casi imposible encontrar a los mineros con vida, el vocero presidencial declaró en conferencia de prensa en Los Pinos: ". existen esperanzas de que pudieran (los mineros) ser rescatados con vida en la medida de que esté entrando aire al túnel. No hay certeza absoluta de esto, pero hay una esperanza fundada de que ha estado entrando aire al túnel porque los extractores han estado funcionando, no fueron destruidos por la explosión y, en ese sentido, hay esperanzas".
Su declaración de "esperanzas fundadas" de que los mineros estuvieran con vida dio la vuelta al mundo. Sólo cinco días después, el 27 de febrero, el secretario del Trabajo Francisco Javier Salazar y el gobernador Humberto Moreira confirmaban la muerte de los 65 mineros cuyos cuerpos nunca fueron rescatados.
Un hecho más reciente sobre la veracidad del vocero presidencial ocurrió el pasado 6 de marzo. Ese día se refirió al depuesto dirigente minero Napoleón Gómez Urrutia. "Lo que hay (es) evidencia de corrupción en grado extremo, en grado sumo por parte de ese dirigente. Hay pruebas que están siendo analizadas en la Procuraduría General de la República a denuncia explícita (sic) de integrantes del propio Sindicato de Trabajadores Mineros.". Sólo 24 horas después, el procurador general de la República, Daniel Cabeza de Vaca, salió a desmentir al vocero.
"A Gómez Urrutia -dijo el procurador-, se le investiga por presuntos delitos financieros y probable lavado de dinero, no por presuntos actos extremos de corrupción".
El 8 de junio del 2005, el vocero Aguilar dijo en Los Pinos que la convocatoria para el cuestionado festejo del 2 de julio de ese año, un día antes de que se celebraran elecciones de gobernador en el estado de México, era un acto de la Presidencia: "Lo ha planteado el señor Presidente, es una convocatoria abierta de la ciudadanía, es la ciudadanía de este país la que logró, a través del voto, hacer a un lado al régimen de partido de Estado. Se trata de celebrar precisamente eso".
Unas horas después el dirigente nacional del PAN, molesto, lo corrigió: "El responsable del acto es el secretario de Vinculación con la Sociedad del PAN, Gerardo Priego. A él es a quien tienen que hacerle caso, y a nadie más".
Hay muchos ejemplos más sobre cómo maneja la información el vocero de la Presidencia de la República. Es su palabra y se respeta, aunque no siempre su palabra hable con toda la claridad y la veracidad que se esperarían de quien dice ser la voz del Presidente de todos los mexicanos.
© Copyright El Universal-El Universal Online
El Universal
Miércoles 02 de agosto de 2006
grafico
Palabra de vocero
Si Rubén Aguilar Valenzuela no tiene un clon o posee el don de la ubicuidad, entonces el vocero de la Presidencia miente. Ayer Aguilar mandó una carta a esta columna en la que textualmente dice: "En su columna publicada el martes 1 de agosto, Salvador García Soto afirma falsamente que personas -cuya identidad no nos revela- me "vieron salir" de las instalaciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación donde nunca he estado. Lamento que el señor García haya sido engañado, pero a fin de que los lectores de EL UNIVERSAL Gráfico no lo sean también, reitero, no era yo".
Hasta ahí la escueta carta del vocero. Es su palabra contra la de dos personas que lo vieron salir el domingo 30 de julio, a las 3:15 de la tarde, a bordo de una camioneta Suburban azul, de las instalaciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Dos personas cuyo nombre no revelamos porque así lo pidieron, pero que sostienen, contra la versión del vocero, que lo vieron a escasos dos metros de la salida cuando abandonaba el mencionado edificio.
Si Aguilar no quiere explicar a los mexicanos qué hacía en el Tribunal, justo momentos después de que había estado en audiencia con los magistrados la comitiva del PAN encabezada por Felipe Calderón, él sabrá por qué. Sus razones tendrá para negarlo.
No sería, en todo caso, la primera vez que el señor Rubén Aguilar, funcionario de la Presidencia, miente o distorsiona la verdad. El miércoles 22 de febrero de este año, cuando el país en vilo esperaba noticias sobre la tragedia de la mina de Pasta de Conchos y cuando todos los expertos y especialistas decían que era casi imposible encontrar a los mineros con vida, el vocero presidencial declaró en conferencia de prensa en Los Pinos: ". existen esperanzas de que pudieran (los mineros) ser rescatados con vida en la medida de que esté entrando aire al túnel. No hay certeza absoluta de esto, pero hay una esperanza fundada de que ha estado entrando aire al túnel porque los extractores han estado funcionando, no fueron destruidos por la explosión y, en ese sentido, hay esperanzas".
Su declaración de "esperanzas fundadas" de que los mineros estuvieran con vida dio la vuelta al mundo. Sólo cinco días después, el 27 de febrero, el secretario del Trabajo Francisco Javier Salazar y el gobernador Humberto Moreira confirmaban la muerte de los 65 mineros cuyos cuerpos nunca fueron rescatados.
Un hecho más reciente sobre la veracidad del vocero presidencial ocurrió el pasado 6 de marzo. Ese día se refirió al depuesto dirigente minero Napoleón Gómez Urrutia. "Lo que hay (es) evidencia de corrupción en grado extremo, en grado sumo por parte de ese dirigente. Hay pruebas que están siendo analizadas en la Procuraduría General de la República a denuncia explícita (sic) de integrantes del propio Sindicato de Trabajadores Mineros.". Sólo 24 horas después, el procurador general de la República, Daniel Cabeza de Vaca, salió a desmentir al vocero.
"A Gómez Urrutia -dijo el procurador-, se le investiga por presuntos delitos financieros y probable lavado de dinero, no por presuntos actos extremos de corrupción".
El 8 de junio del 2005, el vocero Aguilar dijo en Los Pinos que la convocatoria para el cuestionado festejo del 2 de julio de ese año, un día antes de que se celebraran elecciones de gobernador en el estado de México, era un acto de la Presidencia: "Lo ha planteado el señor Presidente, es una convocatoria abierta de la ciudadanía, es la ciudadanía de este país la que logró, a través del voto, hacer a un lado al régimen de partido de Estado. Se trata de celebrar precisamente eso".
Unas horas después el dirigente nacional del PAN, molesto, lo corrigió: "El responsable del acto es el secretario de Vinculación con la Sociedad del PAN, Gerardo Priego. A él es a quien tienen que hacerle caso, y a nadie más".
Hay muchos ejemplos más sobre cómo maneja la información el vocero de la Presidencia de la República. Es su palabra y se respeta, aunque no siempre su palabra hable con toda la claridad y la veracidad que se esperarían de quien dice ser la voz del Presidente de todos los mexicanos.
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